★ Inviertes horas y horas en redes sociales y no consigues ningún resultado.
★ Tu negocio exige tantas tareas al día que siempre dejas tus redes olvidadas.
★ Cuando tienes un rato para dedicárselo, sientes pereza al ponerte a trabajar.
★ La mente se te queda en blanco cuando tienes que pensar en qué puedes compartir.
★ Tienes la sensación de estar trabajando al azar y de no seguir ningún plan.